Sonic y Mario vuelven cargados de píxeles
Una de las modas más prolíferas dentro del emergente mercadeo neoyorkino son las tiendas retro o vintage. Lugares en los que se aprovecha todo, o casi todo, para vender o traer al recuerdo esa olvidada necesidad de adquirir, ahora sí, ese producto de los ochenta que entonces se nos escapaba de presupuesto.
Con la ropa y complementos como elemento activo más cotizado por ambos sexos, son ya bastantes los comercios en los que encontramos prendas de antaño como vaqueros, camisetas, sudaderas y un sin fin de productos a los que el atrezzo les obliga a reaparecer junto a vinilos, walkmans, cintas de cassettes y un largo etcétera de gadgets de hace varias décadas.
Lo curioso es que no sólo el melancólico rebusca entre los amplios cajones ochenteros. Y es que se normaliza la opción del joven que de oídas llega a saber de lo icónico de esas décadas para preguntar, interesarse y gastar sus ahorros en elementos que a día de hoy puedan ser reliquias de épocas pasadas.
VIDEOJUEGOS
A todo esto sumamos una subcategoría que nadie esperaba. La involución de una especie que goza, hasta el momento, de una espléndida salud. Hablo del mundo de los videojuegos, representado entonces por dos colosos que a día de hoy vienen a menos. Sega y Nintendo, que apenas han encontrado hueco en la nueva generación, han visto un auténtico filón comercial en la reedición de sus clásicos inmortales.
Volviendo a la sexta avenida de Nueva York y localizando uno de los comercios a los que hacemos mención, quedaba perplejo al contemplar 'la caja'. Producto nuevo, de fabricación reciente pero de contenido añejo. Sega Némesis, nombre que adquirió al otro lado del charco la popular Megadrive, vuelve a comercializarse. Lo hace con las mismas características de entonces, con juegos en la memoria interna y conexión HDMI, con el fin de poder conectarla a las televisiones de última generación.
De vuelta a España y con el deseo de saber más acerca de este giro de tuerca, quedo impresionado al comprobar que Nintendo prepara el desembarco de Mario y compañía con una nueva consola, réplica de la NES de finales de los ochenta, a tamaño reducido, y con un buen puñado de clásicos en su memoria.
TENDENCIAS
Reitero mi sorpresa. A la mejor generación de videojuegos conocida hasta el momento le ha salido competencia. Y no presisamente cargada de píxeles, 3D y nuevos personajes. Vuelven a escena Sonic, Luigi, Donkey Kong, Mario, Ken, Ryu y todos los que nos hacían las tardes más amenas en casa y también en los extintos recreativos. Además de la reinvención de estas compañías, el precio termina por dar la razón al viejo invento, puesto que por algo más de cincuenta euros podemos rememorar los primeros pasos del mundo de las consolas de videojuegos y hacerlo, además, con juegos adictivos con los que de muy seguro pasaremos horas y horas delante de nuestra pantalla HDMI.