Kase.O vuelve a los escenarios. Y su única cita andaluza será en el X aniversario del Weekend Beach Festival

Hay artistas. Y luego hay voces. Voces que no solo riman, también revelan. Voces que no gritan, pero pesan. Kase.O, nombre mayor del rap en español, vuelve a escena en 2025. Y lo hará con cuentagotas, en muy pocas fechas. Una de ellas —la única en Andalucía— será el próximo mes de julio, en Torre del Mar, donde el Weekend Beach Festival celebra su primera década como uno de los grandes templos sonoros del verano.

Del 10 al 12 de julio, la playa se convierte en pista. Pero no una pista cualquiera. Allí se celebrará el reencuentro con un artista que lleva más de tres décadas desnudando verdades sobre bases que sangran poesía. Después de un largo silencio —elegido, necesario, respetado—, Javier Ibarra, el MC de Zaragoza que cambió las reglas del juego, regresa al directo. Sin maquillaje. Sin rodeos. Como debe ser.

No es un tour. Es un gesto. Un puñado de fechas escogidas con precisión quirúrgica. Y entre ellas, Torre del Mar. Porque si algo define la carrera de Kase.O es la coherencia. Nunca ha cantado por cantar. Y cada paso que da lleva consigo algo de ceremonia.

El Weekend Beach Festival será, entonces, más que un festival. Será un rito. Porque no se trata solo de escuchar canciones: se trata de asistir a una lección de historia. Desde aquellos días con Violadores del Verso, cuando el rap español salía de la adolescencia para hacerse adulto, hasta sus obras más introspectivas y existenciales en solitario, Kase.O ha narrado lo que muchos sienten pero pocos saben decir.

Este concierto será una de las pocas ocasiones para verlo en vivo en 2025. Y será especial. Por el entorno, por el momento, por la necesidad colectiva de volver a escuchar su verdad en directo. No hay beats suficientes que expliquen su legado, pero basta una rima suya para entender por qué está donde está: en la cima, sin necesidad de estar en todas partes.

El rap es memoria oral, es conciencia, es cuerpo y mente. Kase.O representa todo eso. Y en julio, en una playa malagueña que ya se prepara para la cita, no va a sonar como un regreso. Va a sonar como una epifanía.