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Pier Paolo Pasolini, un tifosi de la creación


Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 5 de marzo de 1922 – Ostia, 2 de noviembre de 1975) fue un escritor, poeta y director de cine italiano. Es uno de los escritores más reconocidos de su generación, así como uno de los realizadores más venerados de la filmografía de su país.

Pasolini nació en Bolonia, ciudad de tradición política izquierdista, pero de niño le llevaron por numerosas ciudades.

Según dijo, era hijo de una familia representativa de la unidad italiana: «Mi padre desciende de una antigua familia noble de la Romaña; mi madre, por el contrario, procede de una familia de campesinos friulanos que alcanzaron la condición pequeño-burguesa. La madre de mi madre era piamontesa, pero con vínculos con Sicilia y la región de Roma».1 Su padre fue un soldado que se hizo famoso por salvar la vida de Benito Mussolini cuando el joven Anteo Zamboni atentó contra su vida.

Pasolini empezó a escribir poemas a los siete años de edad y publicó por primera vez a los 19, mientras se encontraba estudiando en la Universidad de Bolonia. Fue reclutado durante la Segunda Guerra Mundial; posteriormente, fue capturado por los alemanes, pero logró escapar. Al finalizar la guerra, se unió al Partido Comunista Italiano en Ferrara, pero fue expulsado dos años después según como comunicó el PCI en el periódico L’Unità el 26 de octubre de 1949: "Con fecha del 26 de octubre la federación del PCI de Pordenone ha resuelto expulsar del partido por indignidad moral a D. Pier Paolo Pasolini, de Casarsa. Los hechos que han determinado tan graves medidas disciplinarias contra el poeta Pasolini, nos dan la ocasión de denunciar una vez más las deletéreas influencias de determinadas corrientes ideológicas y filosóficas, como las de los Gide, Sartre y demás celebrados poetas y literatos que se las dan de progresistas cuando, en realidad, adoptan los aspectos más deletéreos de la generación burguesa”.

Una de sus grandes pasiones fue el fútbol, convirtiéndose en fiel seguidor del Bolonia FC —el equipo de su ciudad natal— y jugador de fútbol amateur —Pasolini recuerda como las tardes más bellas de su vida aquellas en las que jugaba durante horas en los Prados de Caprara, en la periferia de Bolonia, de extremo izquierda—. Fruto de esta pasión, escribió Sobre el deporte, donde se recogen los artículos que publicó en vida, desde finales de los años 50 a principios de los 70, en los que Pasolini articula algunas brillantes y siempre polémicas ideas sobre el fútbol, el boxeo, el ciclismo y las Olimpiadas de Roma de 1960.

Fue asesinado el 2 de noviembre de 1975, en circunstancias aún no aclaradas completamente.

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>La verdad no está en un sueño, sino en muchos sueños. Lo mejor de la vida es el pasado, el presente y el futuro. Yo soy una violeta y un aliso, lo frío y lo tibio en la carne.

>El éxito no es nada. El éxito es la otra cara de la persecución.

>La toma directa de la televisión es una paradigmática reproducción del presente, de algo que sucede.

>El fútbol es la última representación sagrada de nuestro tiempo. (...) El fútbol es el espectáculo que ha sustituido al teatro.

>Abro a la mañana de un blanco lunes la ventana, y la calle indiferente roba entre su luz y sus rumores mi presencia infrecuente entre las hojas.

>La marca que ha dominado toda mi obra es este anhelo de vida, este sentimiento de exclusión, que no disminuye, sino que aumenta el amor a la vida.

>El esteticismo es inseparable de mi cultura. ¿Por qué privar a mi cultura de un elemento suyo aunque sea espurio, quizá, y superfluo? Ese elemento completa un todo.

>Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo: horas y horas de soledad son el único modo para que se forme algo, que es fuerza, abandono, vicio, libertad, para dar estilo al caos.

>Las cosas que parecen más justas y simples ¿No son, en definitiva, las que se revelan más oscuras y difíciles? ¿No es la vida misma, en su naturalidad, la que es misteriosa, y no sus complicaciones?

>Sé bien que estoy en el fondo de la fosa; que todo aquello que toco ya lo he tocado; que soy prisionero de un interés indecente; que cada convalecencia es una recaída; (...) Que adoro la luz sólo si no ofrece esperanza.

>El lenguaje del mundo es, en resumen, sustancialmente un espectáculo. (...) Las representaciones religiosas, los mimos, las danzas, los espectáculos teatrales pertenecen a estos tipos de lenguajes figurales y vivientes. También el cine.

>Hay que decir, con todo, que mientras los intolerantes creen que la diferencia de los diferentes carece de explicación, y por lo tanto sólo merece odio, los tolerantes a menudo se preguntan, más o menos sinceramente, por las razones de esa "diferencia".

>La ideología consumista en vez de llevar una bandera, se ponen ropas que son una bandera. Han cambiado algunos medios y algunos instrumentos externos, pero, en la práctica, es un empobrecimiento de la individualidad que se disfraza a través de su valorización.

>Como entregados a una euforia inconsciente, él y sus amigos juegan sin proponerse ganar. La alegría es la del juego por el juego: aun los que no tienen la menor condición para jugar, se complacen en algunas fáciles proezas en las cuales consumen la mañana de su juventud.

>El uso obsesivo del campo y del contracampo, del primer plano opuesto a otro primer plano, la ausencia de planos sobre el hombro, la ausencia de personajes que salen y entran en el campo, la ausencia, sobre todo, de planos secuencia, son rasgos típicos de todas mis películas.

>Si regresa el sol, si cae la tarde, si la noche tiene un sabor de noches futuras, si una siesta de lluvia parece regresar de tiempos demasiado amados y jamás poseídos del todo, ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por ello: ya no siento delante de mí toda la vida...

>Para el que no se droga, quien se droga es alguien "diferente". Y como tal todos le niegan su humanidad, ya sea a través del odio racista que siempre suscitan los "diferentes", ya a través de la eventual comprensión o piedad. En las relaciones con el "diferente" intolerancia o tolerancia son lo mismo.

>¿Quieres decir que si este amor ha nacido es inútil volverse atrás, es inútil sentirlo como una pura y simple destrucción? ¿Que en cuanto al dolor de la separación yo podría encontrar a alguien que te reemplazara, y recrear en mí esos sentimientos de ridícula ternura y bestial pasividad nacidos hace tan poco e interrumpidos tan bruscamente?

>En toda mi vida jamás he ejercido una acción violenta, ni física, ni moral. No porque yo soy un fanático de la no-violencia. La cual, si es una forma de autocostricción ideológica, también es violencia. Nunca he ejercido en mi vida violencia alguna, ni física ni moral, simplemente porque he confiado en mi naturaleza, es decir en mi cultura...

>(...) Entonces el muchacho -siempre con aire maternal, protector, dulcemente irónico-, le baja un poco la falda, como para defender el pudor que ella ha olvidado y que se le ofrece por entero. Después le acaricia la cara. (...) Nada se opone a su amor: y el muchacho se tiende sobre el cuerpo de la mujer, prestándose a su deseo de ser poseída por él.

>Mi obra está influenciada por el uso de actores no profesionales y por escenografías no reconstruidas en un teatro. Uso escenografías reales: cuando filmo, yo sólo recojo material. Entonces voy a cualquier lugar, elegido por mí, y recojo el material según la luz, según lo que hay ahí en ese momento. Cuando estás en medio de un paisaje hermoso con los personajes que te gustan, estás ávido.

>No hay nada que obligue tanto a mirar las cosas como hacer una película. La mirada de un literato sobre un paisaje rural o urbano puede excluir una infinidad de cosas, recortando del conjunto sólo las que le emocionan o le son útiles. La mirada de un director de cine sobre ese mismo paisaje, en cambio, no puede dejar de tomar consciencia de todas las cosas que hay en él, casi inventariándolas.

>Suponiendo que tuviésemos filmes rodados desde todos los ángulos visuales, ¿De qué dispondríamos? De una serie de planos-secuencia que reproducirían las cosas y las acciones reales de aquel momento, contemporáneamente vistas desde diferentes ángulos visuales: es decir, a través de una serie de tomas subjetivas. Por lo tanto, la toma subjetiva es el máximo límite realista de toda técnica audiovisual.

>Existe un obstáculo inicial que le impide, fatalmente, comprender y sobre todo admitir lo que ahora le sucede. Para poder ejercitar, realmente y con sentido de la realidad, su inteligencia, debería rehacerse de pies a cabeza. Es su clase social la que vive una vida verdadera en él. No es comprendiendo o admitiendo, sino sólo actuando, como podrá aprehender la realidad que le ha sido sustraída por su razón burguesa; Sólo actuando, como en sueños, o más bien, actuando antes de decidir.

>El hecho de "tolerar" a alguien es lo mismo que "condenarle". La tolerancia es incluso una forma más refinada de condena. En realidad, al "tolerado" (...) se le dice que haga lo que quiera, que tiene todo el derecho del mundo a seguir su propia naturaleza, que su pertenencia a una minoría no significa para nada inferioridad, etcétera. Pero su "diversidad" - o mejor, su "culpa de ser diferente"- sigue siendo la misma tanto ante quien ha decidido tolerarla como ante quien ha decidido condenarla.

>No se puede concebir ver y oír la realidad en su transcurrir más que desde un solo ángulo visual: y este ángulo visual siempre es el de un sujeto que ve y oye. Este sujeto es un sujeto de carne y hueso. Porque si nosotros en un film de acción también elegimos un punto de vista ideal y, por lo tanto, en cierto modo abstracto y no naturalista, desde el momento en que colocamos en ese punto de vista una cámara y un magnetófono, siempre resultará algo visto y oído por un sujeto de carne y hueso (es decir, con ojos y oídos).

>He dicho varias veces como protesta, como total contestación, que habría querido renunciar a la nacionalidad italiana. Haciendo cine, en cierto sentido he renunciado a la lengua italiana, es decir, a mi nacionalidad. Pero hay otra verdad, tal vez más complicada y profunda: la lengua expresa la realidad a través de un sistema de signos. En cambio, un director de cine expresa la realidad a través de la realidad. Ésta es quizás la razón por la cual me gusta el cine y lo prefiero a la literatura, porque expresando la realidad como realidad, opero y vivo continuamente al nivel de la realidad.

>(...) La responsabilidad de la televisión, en todo esto, es enorme. No solamente en cuanto "medio técnico", sino en cuanto instrumento del poder y poder en sí misma. No es sólo un lugar a través del cual pasan los mensajes, sino que es un centro elaborador de mensajes. Es el lugar donde se hace realidad una mentalidad que de otro modo no se sabría donde colocar. Es mediante el espíritu de la televisión que se manifiesta en concreto el espíritu del nuevo poder. No hay duda (se ve por los resultados) que la televisión es autoritaria y represiva como ningún medio de información en el mundo lo ha sido nunca.

>Hay que inventar nuevas técnicas que sean irreconocibles, que no se parezcan a ninguna operación precedente, Para evitar así la puerilidad y el ridículo. Hay que construirse un mundo propio, con el cual no haya comparaciones posibles. Para el cual no existan medidas de juicio anteriores. Las medidas deben ser nuevas, como la técnica. Ninguno debe entender que el autor no vale nada, que es un ser anormal, inferior, que es como un gusano que se retuerce para sobrevivir. Ninguno debe pescarlo en falta de ingenuidad. Todo debe presentarse como perfecto, basado sobre reglas desconocidas y, por lo tanto, imposibles de juzgar.

>Un poeta usa la palabra "flor", ¿Pero de dónde la toma? La toma de nuestro lenguaje de hombres que comunicamos. La poesía no nos importa nada. Usamos la palabra "flor" porque sirve a nuestras relaciones humanas. En cambio, ¿En qué otro lenguaje se fundan las imágenes? Se fundan en las imágenes de los sueños y de la memoria. Al soñar y al recordar, rodamos pequeños films en nuestras cabezas. Entonces, el cine se basa en un lenguaje completamente irracional: los sueños, la memoria, y la realidad como hecho bruto. Una imagen es infinitamente más onírica que una palabra. En el fondo, cuando uno ha visto un film, le parece haber soñado

>¿Qué es la cultura de una nación? Corrientemente se cree, también por parte de las personas cultas, que es la cultura de los científicos, de los políticos, de los profesores, de los literatos, de los cineastas, etc. : es decir que es la cultura de la inteligencia. En cambio no es así. Y no es siquiera la cultura de las clases dominantes que, precisamente, a través de la lucha de clases, trata de imponerla al menos formalmente. No es finalmente tampoco la cultura de la clase dominada, es decir la cultura popular de los obreros y de los campesinos. La cultura de una nación es el conjunto de todas estas culturas de clases: es la media de ellas.


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